Los nuevos términos siempre han estado presentes en la cultura emprendedora. Hoy traigo con mi artículo uno nuevo, “Grit”. Entendiéndolo desde la “psicología del logro”, podemos asociar “Grit” como una cualidad psicológica y personal inherente en cualquier emprendedor, pero ¿qué es realmente “Grit”?

“Grit” es un término acuñado por Ángela Duckworth, escritora y profesora de psicología de la Universidad de Pensilvania en su libro Grit: el poder de la pasión y la perseverancia. Para Ángela, se trata de una cualidad donde englobar la determinación, constancia y tenacidad de una persona para conseguir un fin. En otras palabras, “Grit” es el coraje y la fortaleza que tienen determinadas personas y, concretamente los emprendedores, para luchar por un proyecto o cosa durante mucho tiempo.

Como joven emprendedora, al iniciar mi andadura empresarial son muchos los desafíos y retos que me he ido encontrando en el trayecto. Si bien es cierto que cuando una persona joven establece un proyecto o negocio, generalmente cuenta con una serie de cuestiones personales positivas para el desarrollo del mismo: tiene ideas frescas, está más familiarizado sobre cómo funcionan las nuevas tecnologías, dispone de una fortaleza física y mental a pleno rendimiento… Existen también importantes dificultades a las que enfrentarse en este arduo pero apasionante camino como emprendedor novel.

Para empezar uno de ellos, y el más importante bajo mi criterio, es la escasez de oportunidades para obtener dinero y financiación destinada al emprendimiento. Las personas jóvenes tenemos una serie de limitaciones a la hora de ofrecer bienes en garantía debido a los pocos recursos económicos de los que disponemos en la mayor parte de los casos. Muchas son las ocasiones en las que no contamos con oportunidades de financiación reales a corto y medio plazo.

Otro de los grandes problemas con los que nos encontramos los jóvenes emprendedores es la burocracia. Los trámites burocráticos suponen grandes trabas para poner en marcha el negocio y mantenerlo. Además, resultan innecesarios e ineficaces en un mundo cada vez más rápido, global e interconectado.

A la burocracia, también hay que sumarle el pago de impuestos desmesurados. En muchas ocasiones, abusivos y superiores a los ingresos generados por los emprendedores en el inicio del negocio. Esto supone una losa gigante con la que arrastrar todo el camino, resultando incapacitante a la hora de hacer crecer a los mismos.

Por último, no me puedo olvidar de un problema de base en la cultura emprendedora de nuestro país, la poca tolerancia al fracaso. Las nuevas generaciones somos educadas para llevar la palabra «éxito» estampada en la frente, y cualquier fracaso tiene una repercusión negativa en la vida socio-profesional futura del emprendedor. Condicionando en la mayor parte de los casos, la evolución y desarrollo de los emprendedores en su experiencia de vida.

Ante tantos obstáculos es importante, como dice Ángela en su libro, tener un fuerte “Grit”. Esa perseverancia y pasión por nuestro proyecto que nos ayude y empuje a saltar cualquiera de los muchos problemas a los que nos enfrentamos en nuestro día a día emprendiendo. En mi propia experiencia, disponer de constancia, coraje y pasión, me ha ayudado a seguir avanzando en mi negocio hasta hacerlo una realidad. Es por lo que reconozco el «Grit» como el alma máter de cualquier emprendedor, así como también una herramienta facilitadora para el crecimiento personal en cualquier otra área de nuestra vida.

Y tú emprendedora, ¿tienes «Grit»?

Carolina Medina

CEO & Founder Psicowiz, Red de Profesionales salud mental para extranjeros