BiziPoz surge para dar solución a un reto social, el envejecimiento de la población. Actualmente, casi el 30% de las personas tienen más de 55 años en España. Junto con el aumento de la esperanza de vida y las proyecciones futuras, nos enfrentamos a un reto como sociedad.

El reparto de los recursos destinados a las personas mayores no son los adecuados ya que la mayoría de los recursos, por no decir la totalidad, se destina a casos de dependencia y no a la promoción de la autonomía. Es decir, se invierte en tapar los daños con una tirita en vez de educar, sensibilizar y prevenir a la ciudadanía.

En 2015 comenzamos a investigar los recursos públicos y privados que existen sobre los servicios dedicados a las personas mayores. También entrevistamos a varias asociaciones de mayores para saber de primera mano su opinión. El objetivo era identificar los recursos que existen, las necesidades cubiertas y las necesidades que no están cubiertas o que aún no se han ejecutado, pero que favorecen la autonomía de las personas mayores.

Tras analizar la problemática de la distribución de los recursos públicos, llegamos a la realidad de que había un perfil de persona mayor que no se estaba atendiendo. Por ello, diseñamos nuestra primera línea de negocio, un programa de formación y participación social para personas mayores que se lleva a cabo a nivel municipal. En ese programa, por una parte, ofrecemos una parte formativa, donde los usuarios se forman en temas de salud, inteligencia emocional, nuevas tecnologías y economía de una forma práctica y dinámica, de forma que adquieren conocimientos que aplican en su día a día. Por otra parte, trabajan en equipos poniendo en marcha iniciativas sociales que solucionan retos sociales de su entorno.

Gracias a este tipo de programas, las personas mayores se sentían valoradas y empoderadas para realizar cambios en su sociedad. Con el desarrollo de iniciativas sociales, eran escuchadas y se ponía en valor su conocimiento adquirido a través del paso del tiempo. De esta manera, demostramos que los mayores también tienen ideas y voluntad para cambiar la sociedad.

Poco a poco, vimos que había más necesidades en el colectivo. Por ejemplo, comenzamos a formar a las juntas de los hogares del jubilado sobre liderazgo, comunicación, diseño de actividades, entre otras cosas. La realidad es que muchas asociaciones están respondiendo a las necesidades de personas mayores de 80 años, mientras que los menores de esa edad no se ven representados en este tipo de asociaciones.

A medida que íbamos dando pasos hacia un envejecimiento activo real, nos topamos con una realidad: ¿y quién nos prepara para una nueva etapa como es la jubilación? En esta fase, las empresas tienen un rol muy importante, porque pueden preparar a sus trabajadores y acompañarles en esa transición. Por eso, comenzamos a trabajar programas de transición a la jubilación, donde se prepara al personal en ese cambio. De esta manera, cerramos el ciclo, ofreciendo servicios dirigidos a mayores de diferentes perfiles.

Desde que hemos empezado, hemos ido observando y percibiendo las diferentes necesidades que hay en cuanto a este reto social y nos hemos ido adaptando a las diferentes realidades que nos hemos encontrado. Una de las claves del éxito ha sido ver a las empresas del sector como aliados, y no como amenaza. Por ello, han sido claves las colaboraciones que hemos realizado con otros agentes, porque nos han dado la oportunidad de desarrollar diferentes proyectos, crecer y aprender.

El cambio acaba de empezar, pero no hay que olvidarse de que hay que dar vida a los años y no años a la vida. La vida es eso: aprendizaje a lo largo de la vida, y qué mejor que hacerlo alegre, como dice nuestro nombre en euskera: BiziPoz.

Eider Etxebarria

Fundadora de BiziPoz y Premio JES 2018 de la Universidad Europea