“En Magea Escuela Activa creemos en la disciplina positiva para generar un ambiente que facilite el sentimiento de pertenencia a nuestros alumnos y a sus familias”

 En 2014, un grupo de familias de Burgos se encontraba en la búsqueda de un modelo educativo que satisfaciera sus necesidades. Sus esfuerzos fueron en vano, la región no contaba con ninguna metodología que sirviera como punto de partida. En este contexto, ese mismo año nació Magea Escuela Activa. Los involucrados en el proyecto iniciaron los trámites con la Consejería de Educación de Castilla y León para crear un centro autorizado de Infantil y Primaria y buscaron un espacio para desarrollar la actividad. En el año 2016, mi compañera Arantxa Arroyo y yo tuvimos la oportunidad de desarrollar el proyecto educativo que se fundamenta en tres pilares: los principios de la educación activa, los avances de la neuroeducación y la legislación educativa correspondiente a nuestra comunidad autónoma.

Tras un curso escolar, en el que implementamos nuestro modelo pedagógico, las familias nos propusieron cedernos la gestión total de la escuela. Fue entonces cuando iniciamos esta aventura en el ámbito del emprendimiento. Actualmente somos tres mujeres las que gestionamos y dirigimos la escuela. La educación, sobre todo en estas etapas, es un sector protagonizado principalmente por mujeres. En cambio, si escalamos a los puestos de mayor responsabilidad, como los de dirección, los datos dan un vuelco.

Para nosotras es fundamental que nuestras niñas y niños tengan referentes de mujeres empoderadas en los diversos ámbitos. Por eso, a través de historias reales o visitas al propio centro, buscamos que esto sea una realidad y no solo un sueño. Por ejemplo, hemos tenido la suerte de recibir en Magea a un equipo de rugby femenino haciendo un taller, así como a Bárbara de Aymerich, científica y educadora, realizando experimentos con el alumnado.

Hace unas semanas vi una ilustración en la que aseguraban que se había encontrado la pócima contra el machismo, consumismo, racismo… y esta no podía ser otra que la educación. Pero no vale cualquier educación, ya no nos sirve el argumento de “siempre se ha hecho así”. Por suerte, la neuroeducación va desvelando cómo aprende nuestro cerebro y nos va dando las pistas para trazar un paradigma educativo de calidad.

Al hablar de la “Educación Activa” refleja claramente el hecho de “aprender haciendo”: aprender de forma manipulativa a través de materiales, por proyectos, de forma cooperativa… Pero es mucho más que eso. Para hablar con mayúsculas de una educación de calidad hay otros aspectos que son fundamentales.

Por un lado, y haciendo referencia a nuestro eslogan “solo se aprende con emoción”, es inevitable que pongamos el foco en el acompañamiento emocional. Desde Magea siempre explicamos que entendemos el desarrollo de las niñas y niños, dentro de la escuela, como las vías de un tren. En uno de los carriles están los contenidos académicos y, en el otro, precisamente, el acompañamiento emocional. Si cualquiera de los dos carriles falla, el tren, es decir, el desarrollo integral de cada niña y niño, descarrila. Por eso, le otorgamos todo el tiempo que es necesario a que nuestro alumnado pueda desarrollar una mayor conciencia y autorregulación emocional.

Por otra parte, en los últimos años de evolución como especie, algunas zonas cerebrales han permanecido inmóviles y otras se han adaptado. Las que han sufrido mayores modificaciones son las equivalentes a las emociones y a las relaciones sociales. Las personas, como seres sociales que somos, necesitamos sentirnos parte importante de las comunidades en las que convivimos. La disciplina positiva, que sostiene cada rincón de nuestra escuela, precisamente nos ayuda a generar un ambiente que facilita el sentimiento de pertenencia, no solo de nuestras niñas y niños, también el de las propias familias. Tratamos de generar una comunidad educativa en la que todos tenemos mucho que aportar.

Por tanto, siempre invitamos a abrir las puertas de las escuelas, derribar los muros y generar sinergias reales con el entorno, la sociedad, las familias… otorgando así a la infancia la voz que merece ser escuchada.

Ibone Valerdi

Impulsora de Magea Escuela Activa y Premio JES de la Universidad Europea