Cuando en un primer momento dije a mi círculo más cercano lo que quería hacer, me dijeron: “¡estás loca!… ¡tan joven y te vas a meter a tener una empresa!”. Ahí fue cuando dije: “tengo que hacerlo, ahora es mi momento”

Empecé trabajando en Helen Doron en la Comunidad de Madrid en el departamento de Comunicación y Marketing cuando terminé la carrera de Periodismo. Cuando entré en el mundo de la educación nunca pude imaginar lo bonito que es. La alegría que te dan los niños y lo agradecidos que pueden llegar a ser. Tuve claro que si lo hacía era en el mundo de la educación, no quería en ningún otro sector. Por eso, decidí con 24 seguir adelante en este mundo.

Quise dar un paso al frente, tener mi propia empresa y coger las riendas de mi vida con la franquicia y máster franquicia de Helen Doron English en la Comunidad de Madrid.

Ir de la mano de una franquicia me aportaba la seguridad que me faltaba ya que detrás tengo un respaldo que me ayuda tanto para lo bueno como para lo malo y me da las directrices que necesito para no caer.

Beneficios de las franquicias

Para mí, el tener una marca que me respalde me da tranquilidad. Tengo profesionales a mi alrededor que me ayudan en todos los campos. Administración, finanzas, marketing, etc. Cuento con una figura que tiene estos conocimientos para que mi negocio funcione de la manera correcta.

Además, el tener una marca con un reconocimiento te ayuda en el posicionamiento a la hora de estar en el mercado.

Emprender ya es difícil, pero si lo haces solo y sin un nombre la situación se hace más complicada ya que tienes que empezar desde cero en todos los ámbitos, mientras que si tienes una marca y una figura que te ayuda en el proceso, los ánimos y el resultado es mejor. De esto no tengo ninguna duda.

Por otro lado, al estar acompañada en este proceso, la conciliación familiar se hace más fácil ya que tienes unas pautas para montar tu propio negocio y no tener que hacer todo desde cero. Tienes el proceso encaminado para saber por donde hay que ir y lo que hay que hacer. Aunque esto parece una tontería, cuando estés emprendiendo esto ayuda mucho.

Conciliación familiar siendo emprendedora

En un primer momento tienes que echar muchas horas para que todo funcione. Aunque eres “tu propio jefe” eres más exigente. Pero no por eso hay que olvidar que tenemos una vida personal que hay que seguir trabajando y cuidando en todo momento.

Debo confesar que mi familia y pareja se han involucrado conmigo y me han ayudado a que mi vida profesional no intervenga en mi vida personal y poder compaginar todo de la mejor manera posible. De este modo, mi ilusión por el proyecto aumentaba cada vez más.

Parece difícil la conciliación, a veces hay que renunciar a una parte de tu vida personal para poder crecer en la profesional, pero todo tiene su recompensa. Solo hay que organizarse, tener muchas ganas e ilusión, trabajar fuerte y tendrás tu recompensa.

Cuando dices que eres mujer emprendedora y, encima joven, en un primer impacto choca. Pero, siempre con lucha, fuerza y constancia no hay nada que se resista y se puede conseguir. Es, por esto, que animo a todas las mujeres a tener su propio negocio y sentirse realizadas consigo mismas.

Mi consejo: si tienes ganas e ilusión, pasión por lo que haces, Emprende, el camino es duro, pero el resultado vale la pena.

¡Busca un trabajo que te haga feliz y nunca más tendrás que trabajar!

Estefanía Agüera Alonso

Responsable de expansión de Helen Doron English en la Comunidad de Madrid