Mientras estoy escribiendo este artículo, me llegan dos noticias al mismo tiempo que sin ninguna duda llaman la atención.  “Que gane la mejor”, concluye Amy Klobuchar, una de las candidatas refiriéndose a su rival Warren con referencia a las próximas elecciones presidenciales en la primera potencia mundial, según informa New York Times. Y el mismo día, el debate abierto sobre lenguaje inclusivo acaba de ser contestado de forma contundente por la Real Academia Española: “La Constitución no se toca”.

Naturalmente, el punto en común de ambas noticias no es otra que la referencia a lo femenino. En el caso americano, nos complace saber que este arduo camino hacia la normalización o igualdad de género está funcionando en serio  y no es un valor residual o de cuota. En cuanto al tema de discutir si nos referimos a Presidente o Presidenta, Director o Directora, Médico o Médica, según el sexo, pues la verdad es que lo que interesa es que lo haga bien y sea la persona más idónea, lo demás qué más da.

Para mí, la gran noticia sería que crecieran las vocaciones femeninas en los grados STEM y en muchos otros oficios que históricamente han ocupado solo  los hombres;  que la previsión del PIB no estuviera dos décimas por debajo de lo esperado; incluso que estas dos mujeres políticas, que supongo grandes profesionales, y con responsabilidades en las dos ciudades más importantes de España, en vez de unir esfuerzos y complicidad buscando la mejor proyección del país, acaben disputando por una Feria. Pues eso no es lo que importa, lo que debemos defender es que se visualice nuestro país como el más competitivo y profesional, eso sí importa.

Todo esto que está pasando llega a la opinión pública y las mujeres que llevamos años trabajando, preparándonos y luchando para salir de la invisibilidad, asumiendo que jurídicamente somos sujetos de obligaciones  ya que el tema de derechos sigue siendo relativo en muchos campos, no debemos perder la oportunidad de mostrar nuestra capacidad de conciliación en conflictos, entendiendo que la colaboración, el diálogo y el trabajo conjunto  acostumbran a dar mejor resultado que la confrontación y tod@s deberemos sumar esfuerzos y conseguir acuerdos que beneficien a tod@s .

Por otra parte, debería quedar claro que la forma con la que se nos trate en el lenguaje serán las que correspondan y lo que decida la Academia de la Lengua, porque la denominación de cargos y títulos tiene una importancia relativa y nunca deberían ir más allá que la idoneidad de la persona que lo representa -ya sabemos de qué va el tema- especialmente en el mundo de la política. Ciertamente, aunque partamos de una Constitución en la que curiosamente había muchos “padres” pero ninguna “madre”- eran otros tiempos-, supongo que en estos más de 40 años de cambios y evoluciones, todos hemos convenido que en la era digital la búsqueda de talento parece ser una asignatura pendiente para cualquier organización dispuesta a aportar valor en nuestra sociedad. Y debe ser así, por cierto, que ni “el talento”, el “compromiso” o el conocimiento son exclusivamente masculinos, a pesar de la gramática, como tampoco “la actitud, la vocación o la inteligencia sean solo femeninas.

Me gustaría concluir dejando patente mi gran ilusión y esperanza en este futuro, aunque se nos muestre con muchas incertidumbres, a pesar de que nos plantee muchos problemas de adaptación a todos porque no sabemos en qué forma la tecnología puede cambiar nuestra forma de vida, pero os aseguro que tengo muy claro que las mujeres debemos construir nuestro proyecto de vida a partir de nuestros valores y con la mayor persistencia. No debemos dejar que nadie nos robe nuestros sueños, ni tampoco vamos a permitirnos ninguna ambigüedad, debe animarnos la total certeza de saber que somos decisivas para que el mundo sea un espacio más igualitario, para que cada uno tenga sus oportunidades.

Mª Ángeles Tejada

Directora General de Public Affairs de Randstad

Presidenta de Honor de Fidem