En estos próximos meses, una mujer embarcará en un buque pesquero y se desarrollarán distintas acciones de sensibilización dentro del proyecto Redmar II, que en esta nueva edición vuelve a apostar por promover la igualdad de oportunidades en un sector en el que la representación femenina es escasa, especialmente en la actividad a bordo. Una iniciativa que, por supuesto, apoyamos desde Cepesca, donde compartimos ese impulso al reconocimiento profesional de las mujeres.

Rocío Béjar, secretaria general adjunta de CepescaCon esta idea, querría invitar a la reflexión sobre la situación de las trabajadoras en el entorno marítimo, concretamente en el marco de la actividad pesquera, en el que las mujeres siguen siendo minoría en la pesca de altura y gran altura, así como en puestos directivos del sector, mientras que, por el contrario, su presencia se enfoca en tareas auxiliares como los oficios correspondientes a la industria conservera y transformadora, así como en el marisqueo.

Sin embargo, en un panorama en el que las mujeres van teniendo una mayor aportación en actividades destacadas en la marina mercante, la Armada española, e incluso el turismo marítimo de a bordo, cabe preguntarse qué barreras existen en el sector de la pesca y los buques dedicados a esta actividad para que esta incorporación no se haya dado con la misma normalidad.

Por eso, repito, son tan necesarias iniciativas como la anteriormente mencionada, impulsada por la Fundación Fundamar (Fundación para la Pesca y el Marisqueo), de la que forma parte la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) y los sindicatos UGT y CCOO. El proyecto Redmar II tiene el objetivo de promover la empleabilidad de las mujeres tituladas en formación marítimo-pesquera, detectar las dificultades presentes y diseñar un plan para eliminarlas, facilitando que cada vez más mujeres podamos trabajar a bordo en el futuro.

Sigue siendo un hecho la limitada presencia de mujeres enroladas en buques pesqueros, ya sea por cuestiones sociales o la inadecuación de los navíos para la convivencia de ambos sexos, así como la desigualdad latente en la distribución del empleo femenino en el sector marítimo, en pleno siglo XXI, puesto que nuestra representación en las situaciones de pesca extractiva de altura en ocasiones se circunscribe solamente a la participación de las mujeres en labores científicas.

Esa “cubierta de cristal” se expresa en los datos que muestran que en España, según la última Encuesta Económica de Pesca Marítima del MAPAMA, de 2016, en el sector de la pesca marítima trabajaban 31.603 personas, de las cuales solo 761 eran mujeres, un 2,4% del total.

En este contexto, desde Cepesca también damos la bienvenida a la creación y el desarrollo de asociaciones de trabajadoras de los sectores dedicados a la actividad pesquera, con el objetivo de visibilizar a este colectivo y eliminar las desigualdades en el camino, desde los puestos de base hasta los consejos directivos. Una meta que también perseguimos con el impulso a la creación de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (Anmupesca), en marcha desde hace dos años e integrada por 21 asociaciones que aglutinan a más de 10.000 mujeres vinculadas al mundo del mar en comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria, Andalucía y Valencia.

A día de hoy, continuamos reivindicando el papel de la mujer en las actividades pesqueras, un recorrido en el que hemos avanzado, pero todavía queda mucho por hacer tanto para aumentar su visibilidad como para afrontar los retos que aún perduran, entre los que destacamos los impedimentos existentes y las posibilidades para que el entorno pesquero evolucione hacia la integración plena en las tripulaciones de mujeres con la formación pertinente para hacer realidad la igualdad de oportunidades.

Rocío Béjar

Secretaria general adjunta de la Confederación Española de Pesca (Cepesca)